martes, 5 de junio de 2007

Consejillos

Ayer tuve una confirmación más de que de todo el mundo se aprende, incluso de los más pequeñajos.
Estaba estudiando, para no variar demasiado en mi rutina diaria, cuando se me acerca y me pregunta:
-¿Qué haces?
-Lo de siempre, estudiando.
-¿Y no te cansas?
- Claro que me canso, pero tengo que estudiar, estoy de exámenes.
-Pero es que llevas todo el año así, no has descansado.
-Es lo que tiene mi carrera, y este año más aún.
-¿Y no sales?
-Ahora no.
-Pero si casi no has salido durante el curso. Si no disfrutas ahora que estás en la universidad ¿cuándo lo harás?- Pensamiento mío: eso seguro que lo ha sacado de su padre, que un día me dijo algo parecido.
- Tienes razón corazón, tengo que divertirme más.
- El hermano de Susana era como tú en el colegio, de sacar siempre buenas notas, y este año que ha empezado la universidad, si le llaman para salir no se lo piensa. Está suspendiendo, pero dice que también tiene que divertirse
Ya se fue y me dejó estudiando, aunque empecé a pensar en cuanta razón tenía, y en que me debía de ver como una auténtica amargada, e igual decide que si va a acabar como yo, va a pasar de estudiar enseguida (aquí me entró pensamiento de culpabilidad)
Siempre me han dicho que los años de universidad son los mejores, que si tengo que sacarme la carrera en algún año más que no pasa nada, y que salga. Y yo entonces pienso que mi carrera ya es difícil sacársela en sus años aunque no pares de estudiar, como para encima salir mucho. Pero también es cierto que me entra pelusilla cuando mis amigas hablan de las fiestas a las que van, de los planes que hacen, siguen quedando mucho entre ellas. Y yo salgo lo justo.
Aunque este año es el primero en el que mis estudios no han estado por delante, salgo bastante más (aunque siga siendo poco), me distraigo un montón, y estoy aprendiendo a llevar los suspensos. Y reconozco que tiene sus ventajas, aunque una parte de mí lo siga viendo como algo negativo, pero una persona no cambia en medio año, como para todo, se necesita tiempo para adaptarse a lo nuevo y para buscar el término medio.
Tras mi reflexión llegue a la conclusión de que mi niño se estaba haciendo ya grande, y en un par de años seré yo la que le diga que salga más, porque ha salido responsable también. Voy a tener que escucharle más a menudo.

Besitos de algodón de azúcar

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Siento ser una aguafiestas, pero pienso que tienes que centrarte ahora en los exámenes. Como les digo a mis hijos, para salir tienes todo el verano. Animo

Anónimo dijo...

Mi carrera también se las trae, y creo que a la larga, la mejor conclusión que he sacado, es que hay que ser feliz, eso es lo primero, no vale aplazarlo con ya seré feliz cuando la acabe, o cuando acaben los exámenes, hay que serlo ya.
Una cosa es vaguear y otra estar todo el día delante de los apuntes, que a partir de un cierto número de horas ya no sirve de nada.
Además, que, no sé tú, pero yo no suelo tener el verano para mí, sino con exámenes en septiembre, que es una convocatoria como otra cualquiera para sacar la carrera en 7 años y no en 10.
Y a mí me viene genial descansar, cuanto más me agobio y menos salgo, más suspendo. Tener buen ánimo es muy importante.
Suerte con los exámenes.

Anónimo dijo...

Es una reflexión más que a junio a mi vida en general.
Creo que no hay que estar ni todo el tiempo saliendo ni todo el rato estudiando, y yo en general he dedicado mucho tiempo a lo segundo y poquito a lo primero. Y he llegado a la conclusión de que tengo que buscar un equilibrio, porque como dices, estrella fugaz, hay que ser feliz en el momento y no irlo postponiendo a cuando acabe, porque sino al final voy a terminar asqueada con la carrera, y parte de mi felicidad en un futuro depende de que me guste mi trabajo. Así que de tanto estudiar no sería feliz ni ahora ni luego.
Y cuanto más estudio, más me cuesta, porque llega un momento que la cabeza no da más de sí. Es el momento de hacer un descansillo, y divertirse un ratillo.
Suerte también a tod@s con los exámenes
besitoos

Anónimo dijo...

Me alegro de que lo veas así, es cuestión de encontrar un equilibrio antes de estar demasiado cansada (como me pasó a mí)
Pásalo bien.
Un beso